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miércoles, 8 de diciembre de 2010

Origen (Inception, 2010). Calderón de la Barca, muérete de envidia



¿Sueñan los gatos con croquetas y juguetes que pitan?


Inception fue una de las películas más esperadas en este año. Y cuando digo "esperadas", me refiero a generar un nivel de expectación similar al de la miniserie de Juego de Tronos, The Walking dead o el final España-Holanda: salían noticias por todas partes, las páginas estrenaban nuevas foticos siempre que podían...¿Y qué había detrás del tal Origen? Pues nada menos que una película de Christopher Nolan, impuesta como condición para rodar la siguiente de Batman. A día de hoy, este hombre debe ser uno de los pocos a los que le consienten los caprichos ya tan creciditos, pero solo hace falta ver cómo salieron Batman Begins y The Dark Knight para cumplírselos (no hacía falta ser un genio para arreglar el desaguisado de las tres últimas películas de Joel Schumacher, pero encima le salieron muy bien).



No sé el resto, pero yo me estoy mareando


Si no llega a ser por Batman, el guión de Inception se habría quedado criando polvo en un cajón durante mucho tiempo: no se trata solo de una historia bastante compleja, sino una que necesita un importante despliegue de medios. El argumento cuenta la historia de Cobb, un hombre con la habilidad de meterse en los sueños de la gente, junto a la ayuda de alguien que los despierte y un arquitecto, o creador de un entorno relativamente controlado, que accede a distintos secretos empresariales a petición de los tiburones financieros que se lo encarguen. El principal problema de Cobb es cargar con una acusación que lo ha alejado de su familia y una proyección de su subconsciente un tanto pesada. Su último encargo es el más extraño: no robar, sino implantar una idea en el subconsciente del heredero de una empresa.



Durmiendo como benditos

Estos son los principales rasgos que distinguen a la historia, porque en la práctica, se trata de una película de robos, o heist, como muchas otras: hay una banda de ladrones, el tipo que los contrata, el miembro más nuevo de la banda, y los familiares del protagonista. Se establece un plan que se llevará a cabo, y a partir de ahí, todas las variaciones que se permitan. No supone una gran innovación desde este punto de vista, y exceptuando el personaje principal, interpretado por Leonardo DiCaprio, el resto está muy poco perfilado: un chaval imberbe, una chica recién reclutada que servirá para conocer al protagonista, el ejecutivo agresivo pero honorable, y un par de personajes a mayores que van sirviendo de nexo entre las distintas partes de la película, pero poco más.

Con este material, no se puede decir que sea una gran cosa. Pero lo que la hace diferente es que, pese a tratarse de una película de robos en un principio, está bien narrada. Lo mismo se puede decir de la ambientación, y sobre todo, a la hora de tratarla: no se trata solo de ladrones de ideas en los sueños, ni de implantar una idea en los mismos, sino que estos se dividen en distintos niveles en los que existe el riesgo real de perderse. Lo que tiene que llevarse con mucho cuidado para no resultar confuso, ni dejar al espectador con la sensación de haberle tomado el pelo.

En este caso, Christopher Nolan optó más por el componente fantástico, empleando la trama de los delincuentes y su plan como una excusa para plantear en la historia lo que es real y lo que no (algo que había salido más o menos bien en Matrix, y que en las siguientes partes se fue al cuerno, por exceso de infografía y tontería). Todo ello acompañado de las distintas escenas de los sueños, en las que no hace falta que incluyan demasiados efectos especiales para resultar fascinantes, pero cuando los hay, son memorables: sin duda lo más recordado de la película será una ciudad replegándose sobre si misma, o los personajes flotando en una habitación de hotel.



En cuanto a los actores, cumplen bastante bien: el personaje de DiCaprio, con sus problemillas mentales, me recordó un poco al agente que interpretó en Shutter Island el año pasado. Nunca me ha gustado, pero es algo más tragable que su trabajo en Gangs of New York. Cillian Murphy debe ser ya un habitual, hizo de Espantapájaros en Batman Begins y aquí, de heredero de empresa en un papel un poco más escaso de lo que debería. Michael Caine tiene un cameo y el resto...bueno, no eran unos personajes muy desarrollados, pero desempeñan bien su trabajo.

2 comentarios:

satrian dijo...

Utiliza una trama de robos, muy Ocean´s Eleven, para poder meter toda la parte de ciencia ficción para aquellos que les cuesta más, y logró que la cosa funcionara.
Y contenta con Cillian Murphy ¿no? :P

Renaissance dijo...

A mí la trama de robos me sorprendió en un principio porque no me la esperaba tan del estilo Ocean´s Eleven. Pero funciona bastante bien. Eso sí, Cillian Murphy (y su traje de chaleco y corbata) necesitaba más minutos en pantalla.

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