Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

lunes, 31 de octubre de 2011

Lecturas de Hall...de Día de Difuntos



Con diferencia, esto debe ser lo más adorable que he encontrado en lo que va de año

Con esto del Halloween, tengo opiniones contradictorias: por un lado, no le veo sentido a los niños disfrazados que empiezan a verse ahora por las calles, ni a la decoración en los locales. Por otro…es muy difícil resistirse a una fiesta consistente en monstruos y cantidades industriales de azúcar. Bueno, aquí tenemos los huesos de santo, que además de no estar tan maleados como el turrón, que lo comemos hasta junio, están muy buenos (este año voy por la segunda bandeja), y que han hecho que me incline por la primera opción. A ver si otro año saco tiempo y me leo el Tenorio.

Por aquello de no dejar nada fuera (y entre otras cosas, porque no me ha dado tiempo de ver ninguna película), hoy tocan algunas lecturas que, aunque no estén muy relacionadas con la fecha, sí lo están con el tema del horror y lo inquietante:



Ray Bradbury. La feria de las tinieblas (Something Wicked this Way comes). El clásico de las fechas por excelencia, y recomendado para todas las edades. Con un título en inglés bastante menos obvio que su versión en castellano, cuenta cómo dos chavales intentan acabar con una feria que, entre otras cosas, tiene el poder de rejuvenecer a la gente, y así condenarla a trabajar con ellos por toda la eternidad. Al libro le tenía cierta manía porque hace años había visto la versión de Disney y me había parecido muy Light, pero no tiene nada que ver, ya que este es mucho más inquietante, con una serie de personajes bastante amenazadores, y una explicación sobre esa feria ambulante bastante compleja y poética. Algunas partes se han quedado un poco rancias, como esa visión idílica de la amistad y la infancia, o que la gente de cincuenta años se consideren viejos (¿ein? ¡Pero si hoy es la edad que tiene la gente con niños de 14 años!). El resto, especialmente lo tocante a las intenciones de la feria, sigue funcionando, sobre todo según va avanzando la trama.




Robert Alexander. La devoradora de almas. Una familia se muda a un pequeño pueblo inglés, y casi por casualidad, el cabeza de familia comienza a investigar la historia de la iglesia local para descubrir que esconde algo más que secretos. La historia como tal es muy simple: una trama de investigación, con invocaciones satánicas y monstruos, que hoy no sorprende mucho (cualquiera que haya leído a Lovecraft ha dejado de temerle a las brujas y a Pedro Botero), pero que tiene en su favor estar escrita de una forma muy competente: en 180 páginas presenta a los personajes, que son un poco lo de menos, ambienta el pueblo y la vida de sus habitantes, y cómo el protagonista va descubriendo la historia de la iglesia de marras. Algo que hoy, tras haber tenido que bregar entre historias igual de simples que aumentan su tamaño hasta ochocientas páginas, aprecio muchísimo.



Joan Aiken. Doce relatos inquietantes. Este último ha sido toda una sorpresa, ya que siendo un libro infantil de la colección Austral, empecé a leerlo por tontería…Y resulta que me encuentro con doce historias que, si bien para un adulto se quedan en “buenos relatos para niños”, para cualquier chaval resultarían un poco más inquietantes. No son especialmente de terror, pero todos están marcados por algún suceso extraño: desde animales que predicen catástrofes, una historia de espías en la II Guerra Mundial muy peculiar, cantantes de villancicos fantasmas…hasta una sobre una solterona que fabrica una niña con piezas de muñeca robada. Empiezo a sospechar que si Thomas Ligotti dejara de deprimirse y escribiera libros para niños, le saldría algo por el estilo.

sábado, 29 de octubre de 2011

La semana en series IV



Volvemos la última semana de octubre con las series que, por suerte, han sobrevivido a los deportes en televisión. Y después dicen del fútbol...



The Walking Dead comienza a meterse de lleno en una nueva trama, que parece ir para largo: los protagonistas han encontrado una granja donde viven otros supervivientes, y uno de ellos opera, como puede, al hijo de Rick. Esto supone una visita al hospital en busca de material médico, y una excursión a semejante sitio solo puede implicar zombies a puntapala y huídas en el último momento. Shane lleva el peso de las escenas del hospital, y con esto está cada vez más lejos del personaje que fue en los comics…y aunque me guste, sigue resultando un poco confuso: de normal a vengativo, y de vengativo a heroico en cinco episodios. Temo que los guionistas no sepan mucho por donde tirar, igual que pasa con otros: sigue sin saberse nada de Sophia, la niña desaparecida. Que aunque sea uno de los personajes básicos en el cómic, creo que aquí va camino de desaparecer como lo hizo Merle.





Todo mejora con un Mad Doctor


13 Rue del Perceb...digo...American Horror Story ha hecho por fin honor a su nombre, y sobre todo, al episodio de Halloween. Tras un comienzo con personajes y situaciones un tanto estúpidas (desde el psiquiatra adúltero hasta la vergonzosa falta de alarmas en la casa, y sobre todo, la superpoblación de fantasmas), se va encaminando un poquito, aunque sigan saliendo una cantidad de aparecidos pasmosa. Halloween, por lo visto, es la noche en la que los fantasmas pueden desplazarse libremente, cosa que varios aprovechan, ya sea para poder salir por ahí, o para visitar a sus familiares vivos. Con este principio, y sobre todo, con el esqueleto en el armario que supone haber matado a la amante embarazada del psiquiatra, han conseguido bastantes dosis de terror y drama: la muerte de Adie, y la visita de Moira a su madre en una residencia de ancianos. Aunque el final de Adie, con su madre intentando llevarla hacia la casa para que, supuestamente, vuelva como fantasma, ha sido memorable, me sigo quedando con la historia de Moira, el ama de llaves, que es uno de los más tristes, especialmente sabiendo que no puede abandonar la casa por estar allí enterrada. Ah, y también ha salido el Hombre Traje de Plástico, que todavía no sabemos muy bien que pinta. Pero no estoy muy segura de querer saber por qué acabó de esa guisa.




Big Bang Theory ha tenido un episodio bastante más gracioso que el anterior, lo que no era muy difícil, con dos historias muy simples: por un lado, los intentos de Sheldon para devolver un susto a sus amigos, y por otro, las dudas de Leonard sobre si engañar o no a su novia residente en India. Sheldon es todo lo gracioso que se podría esperar, siendo la escena más divertida la de Rajh recogiendo, con mimo y palabras cariñosas, una serpiente que le habían dejado para asustarlo: ¡a quien se le ocurre asustar a un hindú con una culebra! La presentación del otro hilo me pareció el más flojo, tirando de chistes sobre “las chicas no entran a las tiendas de comic, y los frikis no saben hablarles”, que hoy está un poco manido. Porque no sé en otros sitios, pero en la que frecuento, las féminas son legión, especialmente en la sección de manga.




Nikita ha tenido uno de los mejores episodios de la temporada: olvidándose de todas las misiones anecdóticas para chinchar a la División, la protagonista descubre un archivo donde figuran sus verdaderos padres, un verdadero cebo para ella. Pero como en esta serie todo tiene una doble cara, resulta ser todo una trampa de Percy: ni hay padre, ni archivo para Alex, y no solo eso, sino que consigue liar malamente a todo el personal para conseguir lo que quiere: tras engañar a Alex para que contacte con Nikita, dispone de información para chantajearla. El capítulo termina con la antigua base de Birkhoff destruída por un misil teledirigido (a veces la credibilidad de la serie es un poco relativa), uno de los agentes de División sobreviviendo por enésima vez (empiezo a sospechar que las gafas de ese tipo disponen de un campo de fuerza), y con Michael descubriendo que tiene un niño en Bielorrusia. Ahí es nada.

Sin Fringe todavía, esto es lo que ha dado de sí la semana. Más los episodios de Grimm y Once upon a Time, que ya tuvieron su entrada. Estoy empezando a plantearme no seguir con las reseñas por semana porque, a estas alturas ya se va viendo como avanzan las series conocidas, y me quita bastante tiempo para entradas más variadas sobre libros o series sueltas. La semana que viene, Dios dirá.

viernes, 28 de octubre de 2011

Más cuento que Calleja: Once upon a Time y Grimm



No sé por donde les ha dado a las televisiones, pero en estas semanas se han estrenado dos series de temática muy parecida: Grimm y Once upon a Time, en las que los personajes de los cuentos de hadas viven en el mundo actual, y los protagonistas están relacionados de una u otra forma con ellos.



La primera vez que lo ví, creí que era el cantante de Coldplay

El tema fantástico ya había empezado el año anterior, con Lost Girl, que, aunque no se refiere directamente a los cuentos clásicos, aparecen hadas y criaturas de distintas mitologías, desde banshees y brownies (el duendecillo, no el bizcocho de chocolate), hasta licántropos. Esta contaba la historia de una chica que, tras descubrir que es un súcubo, decide no formar parte de ninguno de los dos bandos de hadas, buenas y malas, lo que aprovecha para trabajar como detective…Vamos, que partiendo de una idea original, acaban montando una historia de investigación con una ambientación popular. Por suerte, el tema detectivesco es bastante anecdótico y acaba por tirar a episodios más relacionados con los distintos tipos de hadas y la relación entre la protagonista y un policía hombre-lobo. Lo más divertido de la serie es su enorme parecido con Changeling, aquel juego de rol de hadas de Mundo de Tinieblas, hasta el extremo en que parece una adapción no oficial del juego, con las hadas viviendo escondidas, las distintas cortes, y todo el ambiente de fantasía urbana. De hecho, la segunda temporada acabó por volverse bastante friki, si eso era posible, aunque, por otro lado, debió sufrir una bajada de presupuesto bastante drástica: si en sus primeros episodios aparecía algún monstruo caracterizado, ahora salen todos sin más disfraz que algún traje extraño. Lo que es una forma bastante cantosa de intentar colar la historia de “las hadas se ocultan en la sociedad humana”, ahorrándose unos dólares.



Once upon a Time empieza con la boda de Blancanieves y el Príncipe, la aparición de la bruja…y después, la historia de Emma Swan (más conocida como Cameron, la médico de House), que tras encontrarse con un chaval que dice ser su hijo, llega a un pueblo donde, según este, los personajes de los cuentos han sido encerrados y no recuerdan su orígen. La madrasta del chico es nada menos que la propia bruja de Blancanieves, que se ve que ya tiene currículum en estas lides, y sigue siendo una víbora de cuidado. Y es que esta lanzó una maldición sobre los protagonistas, precisamente la que el niño intenta demostrarle a la protagonista, que resulta ser la hija de Blancanieves y, supuestamente, la única que puede romper la maldición. El planteamiento está bastante bien llevado, y aunque solo se haya emitido el piloto esta semana, no tiene pinta de convertirse en una serie con “caso de la semana”, además de llevar bastante mejor el tema de los personajes de cuento y sus caracterizaciones porque, bueno, técnicamente la maldición consiste en haberlos convertido en personas normales.



Grimm, en cambio, tiene más pinta de ser una serie de casos, y de ser un poco Sobrenatural, pero con monstruos de cuento y menos gasto en gasolina que los hermanos Winchester: un policía descubre que es el último de los Grimm, una saga de cazadores de monstruos, y que tiene el poder de descubrirlos bajo su apariencia humana (que, por cierto, son bastante más grotescos y tirando a siniestros). En el primer episodio hereda una roulotte con armas y un libro donde le catalogan todo el bicherío al que tendrá que hacer frente, cosa a la que se dedica ya en este primer episodio: en este caso, un lobo devorador de niñas vestidas de rojo, tal cual. Aunque entretenido también (para qué negarlo, me encantan las series fantásticas), va por un camino más tópico y este primer episodio, además de la presentación del personaje, deja también la aparición del tipo que será el malo de turno, aunque aún no se sepa ni quien es, ni que hace.

Como estrenos, han pasado la prueba y me ha picado la curiosidad para seguir viéndolas, especialmente en el caso de Once upon a Time, que tiene pinta de tener más trama. Eso sí, sigo sin tener ni idea de a qué este mini-aluvión de historias con cuento.

sábado, 22 de octubre de 2011

La semana en series III



Mi gata también hace lo mismo, además de disputarme el sofá

Esta semana ha habido dos novedades importantes: primero, Fringe se va de puente, y después, vuelve The Walking Dead. Como se nota que en la segunda temporada no cuentan ya con el factor sorpresa, por así decirlo, y pasan de hacer el estreno en víspera de Halloween, como el año pasado. En todo caso, y como acabo de darme cuenta que este año estoy viendo muchas más series que cualquier otro, o empiezo a hacerme un planning y las reparto durante varios días, o me voy a pasar los fines de semana viendo la tele.



Que se olviden de Rick y le den una serie para él solo.

The Walking Dead, pese a todos los problemas internos, empieza su segunda temporada, para alegría de todos los fanáticos de los zombies. Los que seguimos los comics nos olemos que ahora empezará la trama de la granja Hershey…y ahí termina todo parecido con los guiones originales, porque desde el final de temporada, ha tirado por un camino muy distinto: seguimos contando con Shane, el colega y ayudante de Rick, que me sigue cayendo mejor que los protagonistas, y sobre todo, con Daryl, invención para la serie que es, de lejos, mi personaje favorito. Y de hecho, esta semana hemos contado un montón con él, sea salvando a alguien del grupo, matando zombies con una ballesta o siguiendo rastros. El resto del capítulo ha contado con una secuencia bastante angustiosa en la que los protagonistas deben esconderse de los zombies, aunque como alarguen demasiado algunas secuencias y situaciones, una hora de duración va a ser demasiado.



De izquierda a derecha: un imbécil y un quemado.

American Horror Story. va desvelando más secretos de la casa. Y de paso, confirmando mi teoría de que ese inmueble es 13 Rue del Percebe con fantasmas. Y con más cosas, si hacemos caso a la historia de la casa que nos cuentan, porque tiene hasta un científico haciendo experimentos macabros, más un montón de fantasmas aleatorios que se van mostrando en cada capítulo. De paso, se descubre la historia de Moira, la ama de llaves/pornochacha, que es bastante más triste de lo que esperaría (y Jessica Lange es toda una perra del infierno, que diría Hewl). Lo peor ha sido, como suele pasar, los dramas de la familia: ni me importa gran cosa el embarazo de Vivien, ni las neuras de su hija, ni mucho menos, los jaleos en los que se meta su marido, que cada día demuestra ser un personaje más imbécil.



The Big Bang Theory ha contado con otro capítulo flojo: la madre de Sheldon visita a la ciudad y todos los amigos de su hijo acaban pidiéndole consejo, que ella da con su particular gracejo tejano. Excepto por la aparición de la canción Soft Kitty, Warm Kitty, que ya es un clásico de Sheldon y de la serie, han demostrado que hay determinados personajes que solo funcionan con apariciones breves, y no dedicándoles veinticinco minutos.



En la foto: un agente especial, y un frutero.


Nikita
sigue como siempre: episodios autoconclusivos en los que participan en misiones que antes habían llevado a cabo como agentes. Y, como siempre también, todo pasa en un país de la antigua Unión Soviética, en este caso, ayudando a derrocar al doble de un presidente que habían colocado antes…¡Menudo lío! En todo caso, Michael se encuentra con un “desliz” de hace seis años, Nikita se muere de celos, y Birkhoff de asco tras tener que escuchar las conversaciones de enamorados entre ambos. Para variar, el Gran Malo de la serie, Percy, sigue recuperando sus privilegios, y de paso, su dignidad en forma de traje nuevo. Porque todos sabemos que los malos, otra cosa no, pero para vestirse tienen mucho estilo.

domingo, 16 de octubre de 2011

La semana en series II



Dicen que los gatos tricolores dan suerte. Y si no, que se lo digan al Hugh Laurie que está debajo de este.

Esta semana no he tenido queja de la mayoría de series: menos un par de absurdeces en las más recientes, han tenido buenos capítulos.



A estas alturas, la que más mal rollo me da es Jessica Lange

American Horror Story. Empiezo a sospechar que esta serie cada día tiene menos lógica. Aunque intentan combinar dramas familiares, terror y suspense (en este capítulo, los personajes son atacados por un grupo de imitadores de asesinos en serie famosos), en el planteamiento le falta el sentido común más básico: ¿Qué durante varios días la hija retrasada de su vecina se dedica a entrar y salir de la casa tranquilamente? Pues a ellos no se les ocurre pensar que otros podrían hacer lo mismo, y no cambian las cerraduras, faltaría más. Con detalles tan tontos como estos, o el que el intento de los protagonistas por salvar su matrimonio no sea muy buena excusa (el psiquiatra es casi tan hostiable como su hija, a la que ya hice un traje la semana pasada), temo que el equipo está más centrado en vender la ambientación siniestra y los dramas psicológicos que en hacer una historia coherente.



Juraría que esa espada se la han levantado a Ned Stark

The Big Bang Theory ha estado un poco mejor que la semana anterior. Estas semanas las tramas las llevan Bernardette y Howard, más la neura de Sheldon de fondo. Pero el comienzo en la tienda de comics y el regateo por una espada “edición limitada” ha sido bastante cómico. Y es que las situaciones que más me divierten suelen ser estas en las que ponen a la pareja de friáis en sus hábitats naturales.



Fringe, antes de irse de puente, o de descanso por temporada de partidos, nos deja con la vuelta de Peter Bishop, además de un montón de indicios acerca de cómo ha ido el mundo sin su existencia. Algunas son de esperar, como un Walter que no ha salido del laboratorio en tres años, el que no se haya tenido noticias de los otros niños del grupo de Olivia, y otras bastante más extrañas, como la conversación entre esta y Nina Sharp, mucho más cercanas, y haciendo referencia a cosas de su pasado, como si la conociera de años. El episodio se cierra con el primer encuentro entre Olivia y Peter, a quien parece que la desintegración le ha sentado muy bien porque se le vé algo más llenito. A todo esto, ¿Dónde está el agente Lee? ¿Se ha ido de vacaciones antes que el resto?



...Repunanteeeees!!

Nikita ha tenido otro episodio efectivo, y con avance de trama para el personaje de Alex: ahora la busca Gogol, la compañía de mercenarios rusa, y parece que ya ha dejado de intentar disparar a Niñita cada vez que aparece. En el lado malo, Michael y Nikita son un tanto repunantes como pareja, y el capítulo ha tenido algunas situaciones más propias de una película de acción de los ochenta que de un producto más reciente, como han sido esos rusos hablando en inglés (con acento), y dos agentes caracterizadas como turistas francesas de una forma bastante irrisoria.

viernes, 14 de octubre de 2011

Lecturas semanales (con sus horrores varios)



Estas han sido las lecturas de los últimos días, y por aquello de ser octubre y el mes de los difuntos, van por el género siniestro. Bueno, por eso y porque me gustan las historias de terror.



He visto ediciones feas, pero esta se lleva la palma

Clive Barker. Libros sangrientos. Aunque esta edición en inglés es muy cutre, y da la sensación de que juntaron tres libros con su numeración independiente para encuadernarlos, cuando me sale por 90 céntimos, no voy a poner queja. Y porque los relatos en su momento, fueron una pequeña revolución: su imaginación se salía por completo de las historias tópicas que solía haber en las estanterías, tratando temas bastante gore y perturbadores, bastante más originales que cualquier sucesión de hachazos. Aunque tanto las premisas como sus descripciones son bastante buenas, a día de hoy la caracterización de algunos personajes es un poco lamentable. En un cuento de veinte páginas no da para mucho, pero cuando alguien cree que un personaje femenino es original por estar gordo y ser algo más inteligente que el resto, no se luce mucho, no.



Edward Gorey. La pareja abominable y otras historias siniestras. Aunque trabajara principalmente de ilustrador en los años cincuenta, Gorey cuenta con historias propias, también dibujadas por el mismo, que es donde está la gracia. Porque su estilo, con trazos de plumilla, un poco infantil y sobre todo, recargado (Tim Burton se inspiró mucho en él), acompaña a una serie de cuentos muy cortos en los que relata todo tipo de desgracias y crímenes: un matrimonio que se dedica a asesinar a niños y pierde las fotos de los crímenes en el tranvía, una niña sacrificada a un dios insecto, un bebé gigantesco...Ninguna de ellas tiene más sentido que el humor negro que destilan. El propio Edward Gorey era todo un personaje, y el que tuviera cinco gatos con nombres de personaje de ballet ya hizo que se ganara mis simpatías.



Jean Ray. Le carrousel des malefices. Lo confieso, si empecé a estudiar francés fue por culpa, en parte, de este hombre. Y ni siquiera es un buen escritor: sus cuentos iban dirigidos a revistas y folletines, y su estilo es muy básico, más centrado en contar algo de forma directa que en crear una atmósfera como haría Poe o Lovecraft. Y esta debe ser la gracia de sus relatos, porque además de imaginativos, sus protagonistas son lo contrario de una novela típica: disparan, dan puñetazos y se enfrentan a lo que haga falta, unas veces con más fortuna que otras. No son tan buenos como Malpertuis, su mejor novela, pero en textos de diez o quince páginas bastante hace.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Desconcertantes coincidencias....



Y todavía dicen que los gatos son inexpresivos

...Que encuentra una en la biblioteca. Aunque a estas alturas no me sorprende encontrar a Charlaine Harris, Jim Butcher o novelas de Warhammer en la sección de novedades, la última compra que hicieron esta semana, sí lo ha hecho:



Si hay algún aficionado a los videojuegos, y por extensión, a las novelas que publiquen de las franquicias, aclaro: no tengo nada que ver con esta.

domingo, 9 de octubre de 2011

La semana en series




Esta semana hemos tenido el estreno de American Horror Story, en cuya promoción se han lucido a la hora de prometer personajes perturbadores y situaciones malrollistas. Aunque esos trailers no se los saltaba ningún aficionado al terror, me tiraba un poco para atrás el que la serie fuera de los autores de Nip Tuc, serie que no me gustaba nada. Y aquí se les nota un poco de donde vienen, porque quitando la parte sobrenatural del guión, los personajes son muy del estilo: muy conflictuados, mucha cornamenta, y mucho psiquiatra. El personaje de la hija ha salido un poco hostiable, con esos cortes en el brazo en plan emo y fumando de una forma bastante artificiosa. De la parte fantástica, puedo decir que eso no es una casa encantada, es 13 rue del Percebe: ¡hay más fantasmas que habitantes vivos! Una ama de llaves siniestra que se transforma en pornochacha, un traje de goma sadomaso y una niña/cosa rara que me recuerda un montón a los infectados de Rec. Habrá que dejarle un par de episodios más a ver cómo avanza la historia, pero me parece que se han perdido un poco con esto de querer innovar.



¡¡Evicción!!

Big Bang Theory ha tenido posiblemente, uno de los peores episodios que recuerde. Tengo muchas tragaderas con esta serie, por aquello de ser una comedia, pero esta vez no ha conseguido alcanzar el mínimo, ni en argumento ni en chistes: para compensar la afasia de Rajh con las mujeres, no se les ocurre otra cosa que…buscarle una chica sorda. Y en el apartado de chistes relacionados con la cultura geek, Sheldon se pasa todo el capítulo decidiendo acciones cotidianas lanzando un dado de 20 caras (de los de jugar a Dragones y Mazmorras). Solo tuvo gracia en el episodio de Futurama en el que aparecía Gary Gygax y la perdió rapidamente cuando muchos freaks del mundo decidieron tomarlo como chiste referencial. Y el que ahora Jim Parsons tome el relevo, ha terminado de hundirme.



Nikita cuenta desde hace un par de episodios con Birkoff como personaje fijo, que lo mismo sirve como alivio cómico, como para solucionar cualquier problema informático (obviamente, relacionado con sistemas de seguridad y similares, no porque no les funcione el interné). Aunque la trama principal ha sido “misión de la semana”, con Nikita intentando detener al asesino de turno, ha servido para que Amanda tuviera más tiempo en pantalla como nueva jefa de la División, y sobre todo, para ver a Michael y Nikita en plan parejita. Y es que eso de planear el pasar el resto de la semana en Barbados una vez acabaran con el terrorista ha sido muy desconcertante.



Fringe ha tenido esta semana uno de sus casos raros, y sorprendentemente, no relacionado con el universo paralelo: una colonia de hongos empatizan con un chaval, con lo que es imposible destruirla sin llevarse al niño por delante. Chaval, que, por cierto, servirá para explicar que pasó con Peter Bishop en esta nueva realidad y mostrar cómo su falta (y de paso, sus apariciones en cualquier superficie reflectante) están afectando a Walter hasta el extremo de intentar practicarse una lobotomía. La confesión de Olivia, respecto a haber visto también a Peter en sueños, deja un cliffhanger para que este acabe reapareciendo, quien sabe si a mitad de temporada o como final.

viernes, 7 de octubre de 2011

El vals lento de las tortugas. Aunque solo salga una, y de pasada.



Tortuga o no tortuga, aquí lo que hace falta es un gatico.


No suelo estar muy al tanto de la literatura reciente ni de las listas de ventas (para mí los best-sellers se acabaron tras el boom del Código DaVinci), por lo que cuando me coincide de leer alguno de los anteriores, suelen pasarme dos cosas:

- Que al desconocer el éxito y su argumento, lo trate con bastante objetividad.
- Que me sorprenda su éxito y me pregunte por qué no me he enterado hasta ahora.

Tampoco mucho porque, cuando se vive a base de bibliotecas y de lo que se reseñan en páginas muy específicas, no hay tiempo para más cosas, salvo que se trate de un regalo como lo fue El vals lento de las tortugas, de Katherine Pancol. Que, por lo visto, es la exitosa segunda parte de Los ojos amarillos de los cocodrilos, que no he leído, ni ganas.



Pero poca falta hace para enterarse de lo que pasa: en unas pocas páginas, la autora resume la anterior historia de una viuda apocada, que escribe una novela como “negra” para su hermana. El vals lento empieza con su protagonista viviendo en un barrio rico de París, tras haber reconocido la autoría del libro, y lo que empieza a suceder a su alrededor, que para lo que yo me esperaba, es bastante raro: empieza recibiendo un paquete con los efectos personales de su difunto marido, a quien se zampó un cocodrilo (en África, no en Francia. El Sena está sucio, pero de momento no tiene bestias asesinas), recibe una postal de este, sufre un intento de asesinato, y para colmo, su cuñado empieza a enamorarse de ella. Todo esto y mucho más en 750 páginas.

Para lo que podía esperarme en una novela no-fantástica, lo que le sucede a los personajes es bastante extraño, a veces mucho, pero siempre en el límite de lo que puede ser verídico. Falla un poco cuando todo eso le está pasando a un grupo reducido de personas…y puede que sorprenda viniendo de alguien más acostumbrado al género fantástico, pero cuando leo algo realista, espero que lo sea, ya se trate de un drama o de una historia policiaca (a cosas como La trilogía de Nueva York se lo perdono, que Auster es mucho Auster), y me resulta bastante chocante el que aparezca de por medio una bruja echando mal de ojo, o las reflexiones de un niño de un año acerca de sus vidas pasadas.

A los personajes tampoco hay mucho que pedirles, todos van muy en bloque: los ricos son prepotentes y tienen trapos sucios, los protagonistas, más allá de no conseguir decidirse sobre sus vidas, son los más simpáticos, sin muchos defectos…y lo que es peor, la autora no se luce mucho a la hora de caracterizar a los personajes masculinos, que, o bien son intelectuales en su mundo, o tarjetas de crédito con patas a los que, lo mejor que puede pasarles es encontrar una buena mujer, que los quiera por lo que son, no como sus anteriores esposas, que solo los querían por el dinero. Y entre ellos, muchas lágrimas, mucho drama, y muchas promesas de esperarse los unos a los otros. Que aunque no se trate de una novela romántica propiamente dicha, a algunas puede aburrirnos cosa mala.

A favor tiene una cosa: el lenguaje es muy asequible, al menos en el idioma original, y permite seguir perfectamente tanto la historia, como actualizar un poco el vocabulario, sin tener que echar mano al diccionario continuamente.
Como una cosa es lo que opine yo y otra, lo que opine un grupo muy grande de lectores, Las Tortugas han seguido teniendo éxito, y la serie se cierra con Las ardillas de Central Park están tristes los lunes. Pero creo que tengo más libres pendientes como para preocuparme por lo que les pasa a las ardillas.

sábado, 1 de octubre de 2011

La semana en series. Comienzos de temporada y algún final



Aunque la semana pasada fue cuando empezaron la mayoría de series, o al menos, las que estoy siguiendo, he preferido esperar hasta hoy para hacer una reseña de cómo han empezado, por aquello de tener más material para hacerme una idea. Bueno, por eso, y porque las lecturas me están ocupando bastante tiempo.



Big Bang Theory. Temporada 5. Aunque era una serie que estaba empezando a aburrirme y ver por inercia (cosa fácil porque, entre los capítulos repetidos de los Simpsons, y los 20 minutos que duraba, aún conservo la costumbre de verla), ha comenzado con cambios que me han gustado bastante: de entrada, Prya Koothrapali se vuelve a India de donde sinceramente, espero que no vuelva nunca. Porque aunque no se trate de un personaje pensado para ser odioso, todo su carácter, su excesiva profesionalidad y sobre todo, su falta de chispa, no se ganaba muchas simpatías. Además, eso de salir varios meses con Leonard y no decirle que se volvía a su país, no ayuda, no. Con la Sra Insoportable Abogada Hindú (¿se nota que no me gusta el personaje?) fuera de juego, el resto de personajes sigue como siempre: Penny es fija en casa de los protagonistas, Howard y Bernardette continúan prometidos, y ahora muchas de sus tramas giran en torno a lo enmadrado que anda este (y que su futura mujer va camino de hacerle de madre sustituta). Y el mayor cambio es tener a Amy de personaje fijo, que aunque en la temporada anterior parecía un Sheldon en chica, ahora se han molestado en dotarle de una personalidad un poco distinta a su contrapartida, lo que resulta bastante cómico en contraste con su carácter un poco robótico. Del resto, tramas de veinte minutos, bastante anecdóticas, que pueden ser graciosas en mayor o menor medida.



El paro afecta hasta a los asesinos a sueldo

Nikita. Temporada 2. El que esta nueva versión tuviera a la protagonista trabajando por su cuenta, en vez de como asesina a sueldo, fue un avance. Y tras una primera temporada un poco floja, con esa aprendiz de espía colando secretos delante de las narices de la División, han intentado darle un giro más, con la susodicha aprendiz trabajando para los malos, y tanto Nikita como su anterior entrenador intentando desbaratar los planes de la División para...ehm..francamente, todavía no tengo ni idea. Creo que lo explican a principio de cada episodio, pero generalmente todo suele quedarse en gente disparándose y alguna que otra explosión. La veo principalmente porque la versión de los noventa, con Peta Wilson, me gustaba un montón, y todavía me sorprende el que en tan pocos años hayamos pasado de una serie de acción rodada en decorados, a una en la que hay ensaladas de tiros contínuas.

Lo que son las dimensiones: en una eres un hombre de acción, y en otra, un lechuguino. De acción.

Fringe.Temporada 4. La temporada anterior terminaba con el sacrificio de Peter para salvar ambos universos, lo que hacía que este fuera borrado de la realidad...y me alegro, aún más que de la desaparición de Prya en TBBT. Porque aunque tecnicamente, lo que sucede en la serie se debe a que los Bishop de ambos universos estén intentando mantenerlo de su lado, era un personaje bastante soso y un poco sabidillo. Además, esta desaparición supuso el que las dos dimensiones se encuentren ahora en contacto y de lugar a momentos bastante interesantes, como esa Olivia Dunham que no soporta a su alternativa, y sobre todo, a un Walter mucho más loco y más desconfiado que cuando contaba con su hijo. Aunque el episodio de esta semana fue el primero en el que tenían que solucionar un caso en la otra realidad, lo más extraño fue ver a Olivia Dunham hablando con Astrid sobre ligar o no con el Agente Lincoln, lo que, conociendo al personaje hasta ahora, resulta bastante desconcertante.



Doctor Who Temporada 6 DR (Después de Russell T. Davies). Fin de temporada para el segundo año de Matt Smith como Doctor, que se ha cansado de meter giros en la historia. Además de haber sido la temporada con una trama más seguida en los últimos seis años, se ha descubierto cuales son los orígenes y presunto delito de River Song. El Doctor ha vuelto a quedarse sin acompañantes...para bien, ya que esta ha sido la primera vez en la que puede despedirse de ellos adecuadamente (sin contar a Martha Jones, pero esto fue porque la chica no terminó de cuajar), sin que acaben en una realidad virtual, olvidándolo, o en un universo paralelo. Pero, aunque su historia se cierre de una forma más convencional (es un decir), no es menos dramático: se despiden porque el Doctor sabe que tarde o temprano los acabará perdiendo, y ellos mismos han perdido a una hija por el camino. Después de dos o tres episodios muy simples en cuanto a efectos, han cerrado la temporada con una traca de las grandes: en 45 minutos han salido calaveras carnívoras, Winston Churchill, Pterodáctilos, las pirámides y el Orient Express...El paraíso del friki, vamos. Y todo ello, para la season finale más grande, y difícil de seguir que nadie hubiera imaginado. Aún sabiendo que Matt Smith repite papel, consiguieron llegar a preocuparme por el fin del personaje, y sobre todo, crearon un enemigo todavía peor que los Weeping Angels: los Silence. Y sus trajes de corbata clásicos.

Esto es lo que ha dado de si la semana. Y la próxima, incluirá American Horror Story. Que, desde que descubrí que todos esos vídeos de imágenes rarunas eran para contar la típica historia de una familia que se muda a una casa embrujada, me decepcionó un poco, pero oportunidad habrá que darle.

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