Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

sábado, 29 de octubre de 2011

La semana en series IV



Volvemos la última semana de octubre con las series que, por suerte, han sobrevivido a los deportes en televisión. Y después dicen del fútbol...



The Walking Dead comienza a meterse de lleno en una nueva trama, que parece ir para largo: los protagonistas han encontrado una granja donde viven otros supervivientes, y uno de ellos opera, como puede, al hijo de Rick. Esto supone una visita al hospital en busca de material médico, y una excursión a semejante sitio solo puede implicar zombies a puntapala y huídas en el último momento. Shane lleva el peso de las escenas del hospital, y con esto está cada vez más lejos del personaje que fue en los comics…y aunque me guste, sigue resultando un poco confuso: de normal a vengativo, y de vengativo a heroico en cinco episodios. Temo que los guionistas no sepan mucho por donde tirar, igual que pasa con otros: sigue sin saberse nada de Sophia, la niña desaparecida. Que aunque sea uno de los personajes básicos en el cómic, creo que aquí va camino de desaparecer como lo hizo Merle.





Todo mejora con un Mad Doctor


13 Rue del Perceb...digo...American Horror Story ha hecho por fin honor a su nombre, y sobre todo, al episodio de Halloween. Tras un comienzo con personajes y situaciones un tanto estúpidas (desde el psiquiatra adúltero hasta la vergonzosa falta de alarmas en la casa, y sobre todo, la superpoblación de fantasmas), se va encaminando un poquito, aunque sigan saliendo una cantidad de aparecidos pasmosa. Halloween, por lo visto, es la noche en la que los fantasmas pueden desplazarse libremente, cosa que varios aprovechan, ya sea para poder salir por ahí, o para visitar a sus familiares vivos. Con este principio, y sobre todo, con el esqueleto en el armario que supone haber matado a la amante embarazada del psiquiatra, han conseguido bastantes dosis de terror y drama: la muerte de Adie, y la visita de Moira a su madre en una residencia de ancianos. Aunque el final de Adie, con su madre intentando llevarla hacia la casa para que, supuestamente, vuelva como fantasma, ha sido memorable, me sigo quedando con la historia de Moira, el ama de llaves, que es uno de los más tristes, especialmente sabiendo que no puede abandonar la casa por estar allí enterrada. Ah, y también ha salido el Hombre Traje de Plástico, que todavía no sabemos muy bien que pinta. Pero no estoy muy segura de querer saber por qué acabó de esa guisa.




Big Bang Theory ha tenido un episodio bastante más gracioso que el anterior, lo que no era muy difícil, con dos historias muy simples: por un lado, los intentos de Sheldon para devolver un susto a sus amigos, y por otro, las dudas de Leonard sobre si engañar o no a su novia residente en India. Sheldon es todo lo gracioso que se podría esperar, siendo la escena más divertida la de Rajh recogiendo, con mimo y palabras cariñosas, una serpiente que le habían dejado para asustarlo: ¡a quien se le ocurre asustar a un hindú con una culebra! La presentación del otro hilo me pareció el más flojo, tirando de chistes sobre “las chicas no entran a las tiendas de comic, y los frikis no saben hablarles”, que hoy está un poco manido. Porque no sé en otros sitios, pero en la que frecuento, las féminas son legión, especialmente en la sección de manga.




Nikita ha tenido uno de los mejores episodios de la temporada: olvidándose de todas las misiones anecdóticas para chinchar a la División, la protagonista descubre un archivo donde figuran sus verdaderos padres, un verdadero cebo para ella. Pero como en esta serie todo tiene una doble cara, resulta ser todo una trampa de Percy: ni hay padre, ni archivo para Alex, y no solo eso, sino que consigue liar malamente a todo el personal para conseguir lo que quiere: tras engañar a Alex para que contacte con Nikita, dispone de información para chantajearla. El capítulo termina con la antigua base de Birkhoff destruída por un misil teledirigido (a veces la credibilidad de la serie es un poco relativa), uno de los agentes de División sobreviviendo por enésima vez (empiezo a sospechar que las gafas de ese tipo disponen de un campo de fuerza), y con Michael descubriendo que tiene un niño en Bielorrusia. Ahí es nada.

Sin Fringe todavía, esto es lo que ha dado de sí la semana. Más los episodios de Grimm y Once upon a Time, que ya tuvieron su entrada. Estoy empezando a plantearme no seguir con las reseñas por semana porque, a estas alturas ya se va viendo como avanzan las series conocidas, y me quita bastante tiempo para entradas más variadas sobre libros o series sueltas. La semana que viene, Dios dirá.

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